¿Te pasas horas entrenando pero crees que no rindes lo suficiente? ¿Crees que tu cuerpo te está pidiendo un descanso? Para los entrenamientos el ejercicio físico es fundamental pero, la mente -y el trabajo que hacemos con ella- está cada vez más ligada a cada uno de los ejercicios. La inteligencia emocional, aceptada en cada uno de los movimientos con el paso del tiempo, es algo que también debemos tener en cuenta.

Los responsables de clubes o dirigentes de equipo cuentan con una presión adicional a la que no beneficia una cabeza que está saturada. Aquí, invertir en el relax de nuestros pensamientos, no solo nos hará estar más tranquilos sino que podremos conseguir los objetivos de forma sosegada.

 

¿Qué es la inteligencia emocional?

Llamamos inteligencia emocional a la capacidad de reconocer, expresar y aceptar nuestras emociones a fin de adaptarlas a las circunstancias. En el deporte, como actividad que exige hacer una práctica consciente de nuestras propias capacidades, es importante que la tengamos muy en cuenta.

El rendimiento en los programas de ejercicios siempre es más positivo cuando nuestra cabeza es capaz de conducir las emociones. Esto, que no se había trabajado tan a fondo hasta hace solo unos años, es lo que está consiguiendo que muchos jugadores, incluso cuando están bajo presión, sepan cómo tienen que actuar.

Con profesionales que sepan de cada uno de los pasos, si nosotros no nos vemos en el equilibrio del cuerpo y la mente, siempre podremos tirar de quién tiene los conocimientos necesarios para que tú vuelvas a coger impulso. Así, con dedicación y esmero, seguro que pronto das una nueva forma a tus objetivos.

 

¿Cuáles son los beneficios de aplicar la inteligencia emocional al deporte?

Ahora que sabemos lo que es la inteligencia emocional, el siguiente paso será ver por qué es tan positiva para el deporte, ¿qué tipo de ventajas aporta? Como una forma de invertir en éxito, si lo hacemos con conciencia, seguro que pronto veremos estos resultados con los que siempre habíamos soñado. A continuación, te dejamos con algunos por qués:

 

Tomar conciencia de nosotros mismos

Cuando hacemos un repaso sobre los pensamientos que rondan nuestra mente tomamos consciencia de nosotros mismos. En el deporte, si nos planteamos por qué hemos llegado hasta aquí, qué es lo que queríamos de esto y si seguimos disfrutando con lo que hacemos, quizás seamos capaces de dar solución a la desidia.

 

Empatizar con el resto del equipo

En el deporte es fundamental la relación de equipo. Muchas personas se aficionan a alguno de ellos por la humanización que hay detrás de los logros pero, ¿y si hemos perdido el norte y no sabemos dónde estamos? La inteligencia emocional nos ayuda a tener un contacto más sano y emotivo con el otro. ¡No dejes que se te escape!

 

Saber lidiar con el estrés

Conociendo nuestros límites también podremos lidiar con el estrés. Trabajar la inteligencia emocional, además de para que vayamos más tranquilos con las cosas, nos sirve para ganar calma y saber hasta dónde podemos llegar. En el deporte, especialmente si diriges un equipo o llevas un club, las idas y venidas nos agobian bastante. ¡No olvides que solo tú mereces tener el control de la situación!

 

Regular nuestro comportamiento

En el momento en que manejamos las emociones conseguimos una regulación de nuestro comportamiento mucho más rápida, mejor organizada. El deporte, que además es una actividad de equipo, necesita que nos controlemos y seamos capaces de ganar responsabilidad con nuestras acciones. ¿Te ves preparado?

 

Estar motivado

Cuando tenemos control sobre nosotros mismos, somos capaces de reconocer nuestros límites y tomamos las cosas con calma, la motivación viene por sí sola. Gracias a que hacemos todo desde el relax más absoluto -incluso cuando es algo que requiere de nuestra responsabilidad- nos sentimos mucho más motivados, mejor con lo que tenemos por delante y lo que está por venir. ¿Quién no quiere algo así?

 

Ganar autocontrol

Nada hay como el autocontrol. En ocasiones, cuando la situación se desborda, sacamos lo peor de nosotros mismos, aquello que no queremos que nadie vea pero, gracias al ejercicio que estamos haciendo con nosotros mismos estamos aprendiendo a que las emociones no queden por encima de la calma. ¡No dejes pasar la oportunidad de lograr esto en manos de un profesional!

Como vemos, la inteligencia emocional en el deporte es algo que nos ayuda a establecer relaciones de equipo, a conseguir que los objetivos lleguen pero, si en algún momento no los logramos, saber que no pasa nada. Esto, que forma parte de la disciplina para jugar, cada vez es más importante y se tiene más en cuenta. ¿Te lo aplicas tú?